gliptodonte

Reino animal:
2.4. Gliptodonte


Estos enormes mamíferos herbívoros surgieron en América del Sur, en la Patagonia argentina, y tras la unión de este subcontinente con el resto de América algunos se extendieron hacia el norte.

Al igual que otros grandes mamíferos del Pleistoceno, como el tigre dientes de sable o el megaterio, el gliptodonte se extinguió tras la última era glacial, entre 10 000 y 8500 años.

medía unos 3.3 metros de longitud, 1.5 metros de altura y pesaba más de dos toneladas.

El rasgo anatómico más distintivo de los gliptodontes y del resto de armadillos gigantes es su enorme caparazón defensivo compuesto por gruesas placas óseas formando patrones diferentes según la especie de gliptodonte. 

Esta coraza ósea era muy resistente y era capaz de soportar mordidas de tigres dientes de sable y lobos gigantes.

Los primeros gliptodontes, más pequeños, no tenían un caparazón oseo formado por piezas hexagonales, sino más bien con placas alargadas como el armadillo actual, con forme fueron creciendo en tamaño, las placas alargadas se fusionaron, adquiriendo la fuerte consistencia del caparazón que los protegía.

A diferencia de las tortugas, los gliptodontes no podían esconder sus cabezas dentro del caparazón, pero tenían una especie de gorro óseo sobre sus cabezas. Además sus colas también estaban protegidas por anillos óseos. 

Esta cola le servía para defenderse, era capaz de partir patas, costillas y los cráneos de sus depredadores.

Sus huesos fueron robustos y duros, tenían que soportar un peso concentrado que fácilmente superaba los 2000 kilos y la altura de un hombre.

El caparazón estaba cubierto por más de 1000 placas óseas de 2.5 cm de grosor, los osteodermos. Cada especie de gliptodontino tenía su particular tipo de patrón de osteodermos y forma del caparazón. 

Con esta protección, se encontraban resguardados como las tortugas, pero a diferencia de la mayoría de estos reptiles, no podían recoger hacia adentro su cabeza; a cambio, poseían un escudo óseo sobre la parte superior del cráneo. Incluso la cola de Glyptodon poseía anillos de hueso para protegerse.

Este enorme caparazón necesitaba de un considerable apoyo, el cual se evidencia por características como las vértebras fusionadas, las extremidades cortas y macizas, y una ancha cintura escapular.

Como una de las causas de su extinción se piensa que estuvo la caza por parte de los humanos, quienes se cree que se unieron a la lista de depredadores del gliptodonte poco antes de su extinción definitiva y quienes lo cazaban por su carne y por sus enormes caparazones que podían ser utilizados como refugio.
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