TERAPIA CON ANIMALES

Mundo animalista:

TERAPIA CON ANIMALES




1.    INTERVENCIONES ASISTIDAS CON ANIMALES

 

Desde sus inicios, el ser humano ha demostrado un fuerte vínculo con los animales. Edward O. Wilson, biólogo americano, elaboró la teoría de la biofília que sugiere que los humanos sienten una afinidad innata por todo lo viviente y lo natural. Y no es de extrañar si reflexionamos sobre los efectos que tiene la compañía de un animal en el ser humano, que estemos totalmente de acuerdo con lo que el señor Edward O. Wilson afirmaba en su teoría. Ellos son capaces de hacernos sentir mejor, de ayudarnos, de arrancarnos una sonrisa e incluso de intervenir en tratamientos clínicos.

 

La Intervención Asistida con Animales de Compañía (IAA) son intervenciones en las que un animal es incorporado como parte del tratamiento, con el objetivo directo de promover la mejoría en las funciones físicas, sociales, emocionales y cognitivas. Siempre deben estar dirigidas por profesionales de la salud o de la educación.

 

Es fundamental adaptarlas a las necesidades de los usuarios, estableciendo objetivos específicos para cada caso y saber trabajar en equipo junto con psicólogos, educadores, logopedas o el profesional que requiera el colectivo. Para realizarlas se necesita el trabajo de un equipo interdisciplinar, donde todo el equipo trabaja por igual para llegar al objetivo marcado, siendo imprescindibles el profesional experto del ámbito socio-sanitario o educativo, el técnico de terapia asistida con animales y el animal.

 

La mayoría de los animales utilizados son perros y gatos con unas características específicas y adiestrados para este propósito, que pasan a convertirse así en ayudantes o “co-terapeutas”.

Se conoce bien las implicaciones que existen en el vínculo hombre-animal y se conocen multitud de beneficios al integrar animales en los protocolos de los centros dedicados al tratamiento de enfermos mentales, o en programas educativos para sectores que requieren una ayuda especial, como la población penitenciaria, las personas mayores solas, en centros geriátricos, o los niños con necesidades especiales.

 

Las investigaciones más recientes demuestran que la presencia de animales de compañía se asocia a sensaciones de tranquilidad y relajación, así como reducción del ritmo cardíaco o de la presión sanguínea. El hecho de tener animales de compañía también se asocia a un aumento de la interacción social, actuando al parecer, como catalizadores sociales realizado en gran variedad de entornos, de manera individual o en grupo.

Es importante tener en cuenta que no hablamos de sustitución de las terapias clínicas, pero sí como complemento de las mismas. A pesar de la cantidad de referencias históricas que documentan este tipo de terapias asociadas a multitud de patologías clínicas, es una práctica todavía poco utilizada.

Las investigaciones están evolucionando de manera notoria y este es un buen camino para seguir desarrollando las terapias y mejorar el vínculo humano–animal, así como el puente que los animales crean entre el terapeuta y su paciente.

 

Tipos de intervenciones asistidas con animales

Las Intervenciones Asistidas con Animales se clasifican de la siguiente manera:

-        Terapia Asistida con Animales (TAA):

Es una intervención que utiliza/se basa en el vínculo persona-animal para la consecución de unos objetivos terapéuticos. El animal debe cumplir unos criterios/requisitos específicos y es una parte integral del proceso de tratamiento. La TAA está diseñada para promover la mejora en el funcionamiento físico, social, emocional y/o cognitivo y puede ser individual o en grupo. Está dirigida y/o desarrollada por un equipo profesional de la salud experto en la materia.

 

-        Educación Asistida con Animales (EAA):

Es una intervención que utiliza/se basa el vínculo persona-animal para la consecución de unos objetivos educativos. El animal debe cumplir unos criterios/requisitos específicos y es una parte integral del proceso de educación formal o no formal. La EAA está diseñada para promover la formación integral del individuo. Está dirigida y/o desarrollada por un equipo experto en la materia.

 

-        Actividades Asistidas con Animales (AAA):

Actividades que se desarrollan con ayuda de animales que poseen unos requisitos específicos. Son actividades informales, por tanto, se caracterizan por una cierta flexibilidad y espontaneidad, que buscan la interacción entre el hombre y el animal estimulando la socialización, la motivación, la educación y otros beneficios que aumenten globalmente la calidad de vida (Muñoz Lasa S. Rev Neurologia 2013). Estas sesiones, no están necesariamente dirigidas por un profesional de la salud o la educación ni son necesariamente evaluadas.

 

Diferencias entre perros de terapia y perros de asistencia

Los perros de terapia colaboran en los tratamientos terapéuticos, son un apoyo emocional en las sesiones de un psicólogo, de un educador social, de un fisioterapeuta, etc.

Los perros de asistencia ayudan a las personas con alguna discapacidad a realizar labores cotidianas, como caminar de manera segura por la calle o abrir cajones.

Algunas razas caninas son más propensas a aprender a intervenir en actividades terapéuticas o de asistencia.


2.    TERAPIA CON ANIMALES

 

Las terapias asistidas con animales son aquellas que se basan en la promoción de un vínculo afectivo entre un paciente y un animal con el fin de propiciar una evolución en el proceso terapéutico del paciente.

El principio en el que se basan las terapias con animales es que las personas, al estar en contacto con el animal, mejoran su situación emocional. Crear estos vínculos afectivos con animales también es un estímulo para el cerebro, que responde tanto física como psíquicamente.


¿Cuándo se utilizan los animales para las terapias?

La terapia asistida con animales puede utilizarse tanto con pacientes con discapacidad física o intelectual (como autismo, Síndrome de Down, depresión, problemas de deterioro cognitivo o con problemas de exclusión social). También puede utilizarse con personas mayores y con personas con enfermedades crónicas o degenerativas.

Por último, hay que recalcar que las terapias asistidas con animales se han mostrado especialmente útiles en la estimulación temprana en niños, reduciendo sus estados de nerviosismo, agresión o estrés y mejorando sus capacidades cognitivas.

 

Beneficios de la terapia asistida con animales

-        Mejora la psicomotricidad:

Especialmente en el caso de la equinoterapia, ya que el caballo transmite impulsos rítmicos al cinturón pélvico, la columna vertebral y las piernas del jinete, estimulando el tono muscular y regulando la coordinación.

La delfinoterapia, al realizarse en el agua, requiere también un esfuerzo físico del paciente que mejora su tono muscular. Ambas técnicas están recomendadas para pacientes con esclerosis múltiple, enfermedades neurodegenerativas, parálisis cerebral o enfermedades traumatológicas.

 

-        Reduce el ritmo cardiaco, los niveles de estrés y la ansiedad:

Esta reacción física hace que los pacientes se muestren más relajados y reduzcan los cuadros de estrés o violencia. La equinoterapia, por ejemplo, ayuda a que niños o adolescentes con TDA-H (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) modifiquen su conducta y su impulsividad ante los caballos, que son animales muy dóciles y tranquilos.


-        Estimula el lenguaje y otras funciones cognitivas:

Aumento de memoria, lenguaje, praxias y gnosias son algunas de las mejoras en la comunicación que experimentan los pacientes que realizan terapia asistida con animales, tanto con perros como con caballos.

Realizar actividades con animales requiere un importante ejercicio de atención y concentración por parte del paciente y, mejora la comunicación gestual, un elemento importante en el desarrollo del lenguaje. Ejercitar la memoria, la inteligencia espacial y la orientación son otros de los beneficios asociados a estas terapias.

 

-        Fomenta la afectividad y el desarrollo de habilidades sociales:

La conexión entre las personas y los animales puede llegar a ser muy profunda. Además, animales como el perro o el caballo desprenden sentidos emocionales innatos como la alegría o la tristeza. Las terapias asistidas con ambos animales pueden tener efectos muy beneficiosos especialmente en personas con autismo, que carecen de estas habilidades sociales.

El desarrollo de relaciones afectivas entre paciente y animal también contribuye a que el primero aprenda a identificar emociones, desarrolle empatía e interactúe con mayor facilidad con otras personas.

 

-        Aumenta la autoestima y la independencia:

Cuidar de un animal es una responsabilidad que asumen los pacientes, que con este rol de cuidador fomentan su independencia con el aumento de autoestima que ello supone. Sentirse útil y aumentar la confianza en uno mismo es otro de los beneficios de la terapia asistida con animales.

 

¿Se puede hacer terapia con cualquier animal?

Es posible hacer terapia asistida con diferentes animales, aunque es fundamental que sean dóciles. Las más habituales son las terapias asistidas con perros, con caballos y con delfines. Los perros están vinculados al ser humano como animales de compañía desde siempre, y por su versatilidad en tamaño y carácter podemos encontrar razas dóciles, afables y cariñosas perfectas para la terapia. Los caballos, por su parte, ofrecen ayuda integral, tanto física como emocional en casos de rehabilitación de niños y adultos a nivel neuromuscular, psicológico, cognitivo y social.

Algo similar ocurre con la terapia con delfines en el agua. Aun así, en países como el Reino Unido existe la tradición de utilizar el cuidado global de conejos, cobayas, hámsteres, pájaros y otras especies a nivel terapéutico.

 

 

 

¿Cuáles son los perros ideales para terapia?

Lo más importante es elegir el animal más adecuado para cada paciente y caso concreto. En este sentido, la terapia asistida con animales siempre debe ser individual, con unos objetivos y ejercicios diseñados previamente y bajo la supervisión de profesionales.

 

Las razas de perro que destacan como ideales para la terapia asistida son:

-        Pastor alemán:

Es una de las razas más comunes, y no solo en terapia, sino también en labores de búsqueda como perros policía. Se caracterizan porque son muy inteligentes y obedientes.

 

-        Labrador:

El carácter de esta raza de perro es increíble. Destacan por ser amigables, sociables, estables, muy inteligentes, divertidos y leales. Por otro lado, es una raza muy fácil de entrenar lo que hace que se convierta en un compañero perfecto.

  

-        Golden retriever:

Esta raza de perro es muy parecida al Labrador. A pesar de que se suele considerar un perro ideal para cualquier cosa, los Golden tienen una sensibilidad muy especial y única, y captan los sentimientos de las personas de una manera sorprendente y eficiente.

 

-        Galgo:

Puede que sea uno de los perros más tranquilos y dóciles de todas las razas existentes, pero muchas personas reniegan de él sobre todo por su aspecto físico y porque parecen muy débiles y endebles, poco válidos para cualquier actividad que no sea la caza.

  

-        Poddle:

Los poddle son preciosos y muy amistosos. Tienen un carácter obediente y una gran inteligencia. Su pelaje es esponjoso y reconfortante. Este perro es perfecto para tratar con niños.

 

3.    PERROS DE ASISTENCIA

 

Se trata de perros que son seleccionados y adiestrados para dar apoyo físico y psicológico a personas con algún tipo de discapacidad. La selección de los perros es exigente: deben tener gran capacidad de aprendizaje, sin ningún tipo de agresividad, reactivos a los sonidos y a las señales, etc.

 

Origen de los perros de asistencia

El origen de los perros de asistencia se remonta a finales de la Primera Guerra Mundial. Los soldados heridos que sufrían de ceguera o algún tipo de amputación necesitaban encontrar una forma de realizar sus tareas cotidianas sin la ayuda de otra persona. Así aparecieron estas mascotas y por ende las primeras escuelas de entrenamiento como Seeing Eye Dogs en Nueva Jersey o Guide Dogs for the Blind en Michigan.

Desde este momento se han abierto muchas más escuelas y los perros están mejor preparados para asumir todo tipo de funciones de ayuda a discapacitados y enfermos.

 

Tipos de perros de asistencia

Existen distintos tipos de perros de asistencia:

-        Asistencia para personas con discapacidad física:

 Asociaciones como AEPA y Bocalán se dedican a entrenar a los perros para tareas como coger cosas del suelo, encender interruptores, abrir puertas, abrir y cerrar cajones, ayudar en la transferencia, etc.

 

-        Asistencia para personas con discapacidad auditiva (perros "señal"):

Por ejemplo, Áskal y Bocalán se dedica a la formación y entrega de estos compañeros tan necesarios para cosas como avisar a la persona de diversos sonidos (timbre de la casa, el teléfono, llanto de un bebé, si le llaman por su nombre, alarmas, despertador, etc.). El perro avisa a la persona con un gesto aprendido y la conduce a la fuente del sonido.

  

-Asistencia para personas con discapacidad visual (perros guía):

Bocalán también forma a estos perros para ayudar a cruzar la calle y servir de apoyo en el camino.

 

-        Asistencia para personas con autismo:

Por ejemplo, para evitar o reducir las conductas disruptivas, conductas estereotipadas, comunicación, estimulación sensorial, seguridad...

 

-        Asistencia de alerta:

para personas con riesgo de padecer situaciones de emergencia (diabetes, epilepsia, etc.). Por ejemplo, la Fundación Bocalán entrena a los perros para que detecten, a través de su olfato, cuándo la persona está cerca de sufrir una bajada de azúcar.

 

Costes

¿Cuánto cuesta adiestrar a un perro de asistencia? Según las organizaciones, puede costar entre 6000 y 15000 euros, pero a través de subvenciones y donaciones, consiguen que los perros sean entregados de forma gratuita o con un coste mínimo. Por eso tienen que hacer tanto una selección del animal como una entrevista con la persona, para que cumpla con los requisitos necesarios.


Formación y adiestramiento

El perro suele ser entrenado entre 8- 10 meses, pero según el caso el proceso puede alargarse a 2 años.

En ocasiones, es el mismo dueño el que puede acoger y educar al perro en su casa, pero lo habitual es que primero el perro sea adiestrado por una persona formada para ello, mientras que el usuario va adquiriendo formación teórica y práctica.

En algunos casos, incluso se considera la posibilidad de adiestrar a un perro que ya es de la persona con discapacidad.

Si eres tú quien quiere formarse como adiestrador o adquirir algunas pautas, Bocalán te propone este enlace.

 

¿Qué hay que hacer para tener un perro de asistencia?

Lo habitual es que cada asociación pida unos requisitos a la persona que solicite un perro adiestrado, y que pase por un proceso de selección.

Evidentemente, la persona tiene que tener ganas de incluir al perro en su vida como un "miembro de la familia", convivir con él y asumir los cuidados que requiere su futuro compañero.

Las asociaciones reciben una solicitud por parte de la persona. A partir de ahí, valora cada situación individual, entrevistando al futuro dueño y a las personas que vayan a convivir con el perro. A partir de ahí, se busca al perro idóneo para cada persona concreta, según su edad, sus características individuales, etc.

Una vez elegido el perro, éste es adiestrado por una persona de la asociación, mientras se va formando también al dueño. Poco a poco, se hacen entrenamientos con ambos a la vez, de manera que al final sólo se realiza un seguimiento para comprobar que todo vaya bien.

 

-        Menores de edad:

AEPA requiere que los dueños sean mayores de 18 años. En el caso de Áskal, pide que los niños tengan más de 8 años, para que el perro les reconozca como dueños y sea a ellos a quien avisen de los sonidos, además de que sean capaces de asumir sus cuidados (pasear con ellos, cepillarles, etc.).

-        Personas mayores:

También pueden ser candidatas a recibir un perro de asistencia, especialmente si tienen problemas de audición. Está demostrado además que los perros son unos excelentes terapeutas, y la compañía y el cariño que ofrecen también son una cualidad que les hace perfectos compañeros para la tercera edad.

 

Al final, estos animales se convierten en grandes amigos de la persona a la que acompañan, creándose un vínculo increíblemente especial.


 

4.    COMO EDUCAN UN PERRO PARA TERAPIAS O ASITENCIAS

 

Entrenar a un perro de asistencia es una labor muy importante ya que al final estas mascotas se convierten los oídos, ojos y manos de las personas que lo necesitan. No todos los perros pueden convertirse en perros de asistencia, para esto se necesitará escoger a aquellas razas que sean más fiables, equilibradas y que tengan un comportamiento predecible.

El entrenamiento de un perro de asistencia comienza desde que apenas nace, no obstante, durante el primer año conviven con una familia de forma normal aprendiendo a sociabilizar hasta que los entrenadores se lo llevan para enseñarle más concretamente cuál será su labor.

 

Como hemos mencionado antes, los perros de asistencia son los ojos, los oídos y las manos de las personas que sufren algún tipo de discapacidad o que requiera apoyo. Esto implica que la crianza y el entrenamiento de estas clases de perros sea fundamental actualmente, por lo que es muy importante la labor que realizan algunas personas de adoptar a un cachorro desinteresadamente mientras que este adquiere la edad necesaria para que se lo lleven y lo entrenen.

 

A continuación, vamos a ver un breve resumen de lo que los adiestradores hacen para convertir a estos perros en perros de asistencia:

 

Socialización:

Esta parte del entrenamiento la realizan las familias de acogida y es una parte totalmente fundamental de la crianza de las mascotas. Este periodo llamado periodo de socialización abarca desde las 8 hasta las 10 semanas de vida del cachorro y se mantiene hasta que más o menos cumple un año. El objetivo de esto es que el animal conozca y se acostumbre a los ruidos, a los olores y al trato con adultos y niños. Básicamente lo que se trata de hacer en esta fase es que el perro se integre a vivir en sociedad, sin miedos o futuros problemas de comportamiento.

 

Entrenamiento:

Aunque el entrenamiento de un perro de asistencia comienza desde que nace con ejercicios que más tarde perfeccionaran los adiestradores, no es hasta el año cuando el animal comienza a ser adiestrado en profundidad. Este adiestramiento siempre es en positivo con el fin de que el animal esté predispuesto a aprender.

 

Estos son algunos de los ejercicios que realizan estos perros:

  • -        Apoyar la cabeza en el regazo del usuario
  • -        Recoger un objeto y dejarlo en la mano de un usuario o guía
  • -        Llevar un objeto de un usuario a otro
  • -        Golpear con la nariz al usuario
  • -        Pasar por debajo de las piernas (puente)
  • -        Pasar por debajo de las piernas mientras se anda
  • -        Subir al regazo
  • -        Aprender a tomar premios a la orden
  • -        Besar a la orden
  • -        Ladrar a la orden
  • -        Pasar a través de aros (saltando)
  • -        Sentarse dentro del aro y dejar sacarse el aro
  • -        Colocar al perro tumbado al lado del usuario
  • -        Colocar al perro encima de un usuario tumbado
  • -        Saludo (pata, give me five)
  • -        Beg (pedir)
  • -        Tug & Play (tira y afloja)
  • -        Mantenerse quieto y relajado encima de una mesa (peinar, colocar pañuelos, correas...)
  • -        Muerto


Selección del usuario:

Para solicitar a un perro de asistencia, la persona debe presentar el papel que acredite su discapacidad y también deberá pasar por cuatro fases hasta conseguir al animal:

Entrevista: Para valorar al usuario y la necesidad de tener a esa mascota.

Información: Sobre lo qué es un perro de asistencia y sobre los cuidados que requiere.

Preparación: Si tras informarse sobre los perros de asistencia, es apto para solicitarlo y el usuario quiere seguir adelante con el proceso, comienza la preparación sobre el manejo y cuidados de su futura mascota.

 

Adaptación al usuario:

Una vez se le entrega el animal a la persona que lo solicita, tanto el dueño como el animal deben hacer ejercicios de adaptación y practicar juntos todo lo que el perro ha aprendido. El usuario tiene que entrenarse para aprender cómo puede ayudarle el perro y saber recompensarle cuando lo haga. Esto es un aprendizaje que no termina nunca.

 

Revisión:

Una vez ya están viviendo juntos el animal y el usuario, el entrenador tendrá que acudir regularmente a hacer visitas para poder detectar si el perro se está comportando como debe o si necesita que los ejercicios que haya aprendido el animal sean reforzados.

 

Cómo entrenar un perro de servicio sin un entrenador profesional

 

0.      Evaluar un perro de servicio potencial:

1.1. Busca un perro de la edad adecuada:

Puede ser difícil saber si un cachorro menor de 6 meses tiene la mezcla correcta de inteligencia y atención para ser un buen perro de servicio. Las organizaciones benéficas que entrenan a perros de servicios tienen una tasa alta de “abandono”, incluso cuando han utilizado su conocimiento para seleccionar posibles candidatos.

 

1.2.  Evalúa la salud del perro:

Uu perro de servicio debe tener buena salud para cumplir con los requisitos del trabajo. Por ejemplo, si tiene artritis y tiene dificultades para moverse, es injusto darle la responsabilidad de contestar el timbre de la puerta. Asimismo, algunos perros con problemas de salud como diabetes tienen sus propias necesidades y es posible que no siempre estén en forma para realizar su rol de servicio.

Hay que dedicar mucho tiempo para entrenar un perro, por eso es recomendable asegurarse de que esté en óptimas condiciones de salud. Es decir, evaluaciones y pesajes en el veterinario 2 veces al año, un protocolo regular de vacunas y tratamientos preventivos contra los parásitos. Dependiendo de dónde vivas, este puede variar desde tratamientos contra pulgas y garrapatas hasta tratamientos preventivos contra dirofilaria.

 

1.3. Evalúa si el perro es inteligente y si tiene muchos deseos de complacer:

 Estos son los distintivos de un perro domable y harán que la tarea de entrenar sea más fácil y agradable. Busca un perro joven que se te acerque calmadamente, pero sin miedo. Su lenguaje corporal debe indicar confianza, es decir, debe menear la cola levantada, caminar directamente hacia ti (sin escabullirse por los bordes de la habitación) y mantener su cabeza en alto (sin mirar hacia abajo y temeroso), por ejemplo.

Los mejores perros de servicio son inteligentes y tienen ganas de complacer, lo que a menudo hace que su tamaño sea irrelevante. Cualquier raza, desde un chihuahua hasta un gran danés, tiene el potencial de cumplir el rol si posee el temperamento correcto.


1.4. Pregúntale al dueño cuánto entrenamiento ha tenido el perro:

Si su entrenamiento básico es sólido, pídele al perro que se siente y se quede quieto. Observa si está inquieto y mira alrededor (se distrae fácilmente) o si fija su mirada en ti (ansioso por complacer). ¿Responde rápidamente o se demora en reaccionar (no es ideal en un perro de servicio que necesita tener reacciones rápidas)?

 

1.5. Evalúa si el perro es sociable y seguro de sí mismo en diversas situaciones sociales:

El perro necesita tener confianza en diversas situaciones y con todo tipo de personas. Si está ansioso o temeroso en ciertas situaciones, esto podría ponerte en peligro. Un perro temeroso muestra un lenguaje corporal introvertido, por ejemplo, se encoge de miedo, aparta la vista, se escabulle en una postura sumisa, sostiene su cola entre sus patas.

Un perro temeroso puede lamer muchos sus labios y si lo obligan a salir de su zona de comodidad, puede gruñir. Sin embargo, un perro seguro de sí mismo se acerca meneando la cola levantada y está dispuesto a presentarse para que lo acaricien.


1.6. Determina si el perro es dócil y no sobreprotector:

Es improbable que un perro agresivo, altamente territorial o protector sea un buen perro de servicio. Pasarás más tiempo tratando de controlar al perro de lo que este pasará ayudándote.

Los perros agresivos gruñen o levantan los labios. El pelo a lo largo de su columna vertebral puede pararse. El perro puede hacer contacto visual directo a manera de confrontación y gruñir.

Sin embargo, un perro dócil quiere contacto y es más probable que golpee su cabeza con tu mano en lugar de exhibir señales de distanciamiento tales como gruñir.

 

2.      Entrenar a tu perro de servicio:

2.1.  Castra o esteriliza a tu perro, si aún no lo has hecho:

Todos los perros de servicio están castrados. Esto se debe a que las hembras no pueden trabajar en celo (te seguiría una manada de perros queriendo aparearse con ella) y los machos se distraen con más facilidad con temas territoriales. Asimismo, los perros esterilizados tienden a ser menos agresivos, lo que es importante para un perro de servicio.

Esteriliza o castra a tu perro cuando tenga entre 4 a 6 meses de edad.

Si eres experimentado y no quieres que el perro esté cerca de perros nos castrados en ningún momento (cosa que no hay que tomar a la ligera), lo ideal es que se haga entre los 1 y 2 años dependiendo de cuándo se cierren las placas de crecimiento de los huesos del perro (por lo general más temprano para los perros pequeños y más tarde para los perros grandes). Esto le permite al perro tener huesos más fuertes, lo cual es especialmente importante para algunos tipos de perros de servicio que realizan tareas físicas rigurosas para el entrenador (como los perros de asistencia en movilidad).

Una esterilización suele ser costosa, pero generalmente depende del peso del perro.

2.2.  Enséñale órdenes básicas:

Un perro de servicio tiene que tener la capacidad de sentarse, quedarse quieto, echarse y acercarse cuando se lo órdenes. El perro también debe caminar al lado del entrenador controladamente todo el tiempo. El objetivo es que tengas control de tu perro en todo momento.

Puedes usar señales verbales o manuales como órdenes. Lo puedes hacer sosteniendo una galleta justo frente a la nariz del perro. Luego levanta la galleta en un arco, hacia atrás de la cabeza. A medida que mire hacia arriba para seguir la galleta, su trasero caerá al piso. Chasquea, di la palabra de orden “siéntate” y luego prémialo.

Volver a dar la orden puede ser complicado si el perro está distraído, así que comienza la lección al interior lejos de otros animales o en un patio trasero cercado. Llama al perro hacia ti, cuando se acerque, chasquea, repite la palabra de orden, por ejemplo “ven”, y prémialo. Si el perro no se acerca o se demora en hacerlo, nunca lo reprendas. Esto solo hará que se muestre más reacio a hacerlo la próxima vez.

La base del entrenamiento de un perro de servicio es la misma que la enseñanza de buenos modales y disciplina a un perro regular, excepto que llevarás las cosas un paso más lejos. Dada la importancia que puede recaer en el perro para mantenerte a salvo, si no eres un entrenador experimentado, busca ayuda de un entrenador profesional de perros de servicio a fin de no enseñarle malos hábitos ni exagerar.

 

2.3. Considera la posibilidad de adiestrar a tu perro con un clicker:

El principio del entrenamiento con un clicker es el uso del sonido para marcar el momento exacto del buen comportamiento del perro y luego darle un premio. El perro aprenderá a asociar el sonido con un premio y trabajará ansiosamente en anticipación al pago de un premio que marca el ruido.

El método propone premiar el buen comportamiento para que el perro recuerde la acción y quiera repetirla para obtener un premio. En ningún caso castigues a tu perro, sino solo aprenderá a temerte. Además, no hace nada constructivo para lograr tu meta de entrenarlo.

 

2.4. Enséñale al perro a comportarse bien sin correa, así como con correa:

El perro debe hacer los trucos básicos de obediencia sin correa.

 

2.5.  Enséñale a tu perro a no saludar a los demás:

El perro de servicio tiene que enfocarse en ti y en nadie más. Este paso es de vital importancia, porque podrías necesitar ayuda al instante y si el perro corre detrás de otras personas para saludarlas, es posible que no perciba que necesitas ayuda inmediata.

Para hacerlo, pídele ayuda a un amigo y haz que se acerque lentamente. Haz que el perro se siente y te mire. Si el perro voltea a mirar al extraño acercándose, tu amigo debe detenerse inmediatamente (ignorando al perro). Cuando la atención del perro regrese a ti, haz clic y prémialo.

Repite estas sesiones de entrenamiento y con el tiempo el perro aprenderá a que no hay premios por prestarle atención a los desconocidos (y no vale la pena hacerlo) mientras que sí los hay por concentrarse en ti.

Además, enséñale a tu perro a no notar los gatos, la comida en el piso, un desconocido hablando con el perro o vehículos (especialmente los vehículos en movimiento). Lo único por lo que el perro debe preocuparse es por ti.

 

2.6. Enséñale cuándo está fuera de servicio:

Bajo algunas circunstancias, está bien que tu perro de servicio salga y juegue. Enséñale al can una señal que indique que está fuera de servicio.

Para hacerlo, puedes invitar a un amigo para que te visite. Haz que el amigo lleve un juguete para perros y cuando mire en su dirección, haz un clic y usa la palabra clave “juega” como recompensa. Esto le dará la señal de que está bien seguir avanzando.

 

2.7.  Enséñale habilidades especializadas:

Las tareas específicas recomendables para enseñarle a un perro dependerán de tu discapacidad. Si estás totalmente sordo, entonces enseñarle a tu perro a avisarte cuando suene el timbre de la puerta, un teléfono o una alarma de detector de humo son ideas útiles. Asimismo, si tienes problemas motrices, puede ser recomendable que el perro tome pequeños objetos caseros por ti, como llaves, un control remoto o un teléfono.

-        Hazlo en pasos pequeños:

Para que logre llevarte las llaves, el perro tiene que reconocer las llaves, recogerlas, llevarlas hacia ti y dártelas. Para enseñarle cuáles son las llaves, coloca un set en el piso en donde pueda verlas claramente. Cuando vaya a investigar, haz clic, di la palabra de orden “llaves” y prémialo. Cada vez que se acerque a las llaves repite la misma rutina. Notarás que el perro se vuelve más proactivo para acercarse a las llaves. En este punto, di la orden “llaves” y a medida que se acerque, haz clic.

-        En ese momento es recomendable enseñarle a levantar las llaves:

Quizá puedes poner una pelota suave en el llavero para que pueda recogerlas sin dañar sus dientes. Coloca el llavero en su boca, haz clic, dale la orden “agarra”. Repítelo regularmente por varios días. Ahora coloca las llaves a una distancia corta, haz que el perro vaya hacia las llaves, da la orden “llaves” y recógelas, da la orden “agarra”. Luego repite la orden para regresarlo a las llaves. Una vez que haya regresado, haz que se siente y suelte las llaves. Puedes ofrecerle un premio extra sabroso, uno por el que valga la pena soltar las llaves. Haz clic, di la orden “dame” y prémialo.

-        Procura que las sesiones sean cortas:

De 5 a 10 minutos por sesión, pero trabaja en ello 2 veces al día. Combínalo con otro entrenamiento y haz que sea divertido para que tu perro no se aburra.

 

2.8. Entrena en lugares públicos con tu perro:

Los buenos modales son cruciales para obtener la aprobación de los demás y para que quieran verte a ti o a otros equipos de perros de servicio. Con esto nos referimos a que el perro debe:

-        Orinar y defecar solo bajo orden

-        No tocar nada que se vea interesante o huela bien (especialmente importante en las tiendas)

-        Caminar con calma en posición de talón en todo momento en público (salvo que esta posición no sea necesaria para mitigar la discapacidad del entrenador).

-        Nunca mostrar agresión al público en general ni a otros perros de servicio.

 

2.9. Certifica a tu perro de servicio:

Si bien no es un requisito legal para que tu perro sea reconocido oficialmente como perro de servicio, puede ser necesario para que te acompañe a áreas en donde usualmente no se permiten perros.

-        Averigua cuál es el organismo gubernamental para ese tipo particular de perro de servicio (por ejemplo, si es un perro oyente para sordos o un pero lazarillo para ciegos) y pregunta si tienen asesores que puedan prepararte para licenciar a tu perro.

-        Consigue credenciales complementarias que confirmen que necesitas el perro. Estas pueden ser la carta de un doctor donde explique tu discapacidad y cómo el perro es crucial para tu vida.

-        Consigue un control veterinario y una carta de buen carácter que diga que el perro está bien entrenado y tiene buena salud.

-       Envía toda la documentación al organismo de acreditación apropiado y espera instrucciones adicionales.




 

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